
Quienes no vinimos a esta vida para tomar atajos, saboreamos estos desafíos como el peregrino que se relame frente a un jugoso manjar. Un exterior fuerte, agresivo y un poco amargo, transforma en reto la posibilidad de descubrir que, detrás de ese acabado seco y magro, hay un fondo de caramelo, toffee y almendra.


OJO DE BIFE Con puré rustico al parmesano y salsa romesco.