
Por un lado, tiene la fiereza del yaguareté. Si te mira a los ojos, te tiemblan las piernas. Pero cuando pasa el primer trago, te vuelve el alma al cuerpo. No era taaaaan fiera como parecía. Su rojo avergonzado se lo dió la malta caramelo. Encima, es ligera y tiene un dejo dulce. ¡Cómo engañan algunas apariencias!


ENSALADA DE RÚCULA Zapallo asado y salmón ahumado + aderezo de miel y jengibre, con miel y semillas.